viernes, 12 de febrero de 2010

14 de febrero: feliz marketing

Otro día 14 de Febrero. Los comercios exhiben sus artículos “para los enamorados”, y colorean las calles de la ciudad y las ropas de la gente de color rojo. Una vez más, se condiciona la dimensión del sentimiento amoroso por alguien, quien sea, de acuerdo al tamaño y valor del regalo que se le obsequie. ¡Ay! del pobre que no le de su regalo a su ser querido. De menos de desgraciado tacaño no lo bajan. De nada sirven las objetividades: si no se cumple con el ritual de “San Valentín”, lo menos que resulta uno es un fracasado.Un día para demostrar un sentimiento que debe de estar vivo el resto del año, o al menos en lo que dura el mismo. Es un lapso muy corto y además, que lastima a quien no pueda cumplir con este ordenamiento mercadotécnico. Tanto sentimental como económico. Sin dinero no hay felicidad, y los valores están dictados por el sentido mercantil y el interés materialista.
Sí, qué amargura de mi parte. No, no tengo nadie especial con quien pasar el día y demostrar “mi lado romántico” (whatever that means). Si se trata de tener sexo, cualquier día. Si se trata de comprar a lo idiota, cualquier día. ¿Por qué es especial el 14 de febrero? Por que algún estúpido mercanchifle tuvo la genialidad de ganar más dinero con torturar a quienes no comparten con este desgaste monetario.
Los que crean en el Día de San Valentín, que lo disfruten. Yo lo haré, a mi manera, y espero no gastar nada de dinero...

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